domingo, 16 de febrero de 2014

Castillos en Marte (novela por entregas)

Iridiscencias


-Vieja del óbolo -repliqué yo. Bien le conocí, que fue mi padre. Dame paso, toma tu moneda, y déjame marchar.

La vieja insistía, destilando las iridiscencias de sus ojos, el metálico brillo girando y girando sus aspas en los iris alucinantes. No había remedio. Me tenía por completo hipnotizada.

Cómo rompí el embrujo es todavía un misterio para mi, que soñaba, mientras lograba zafarme de su garra, con Papá dirigiendo sus hordas hacia mi indefensa persona. "He de conseguir refuerzos", me dije, al tiempo que terminaba de coronar la parte opuesta del puente hacia mi reino, la vieja del óbolo vociferando alguna maldición pastosa, la boca despoblada de dientes, puño en alto y arremangados los faldones, formando en el cuadril su mano libre rosas de tejido color barro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Buscar este blog